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Intervención de Àlex Sastre en el Pleno extraordinario sobre el Estado de la Ciudad 2020

Buenas noches, alcalde, concejalas, concejales, trabajadores que haga posible la realización de este pleno y su difusión por las redes, ya todos los ciudadanos que nos siguen en directo,

Lleno de estado de la ciudad 2020. La última vez que celebramos un pleno de estas características fue en noviembre de 2018. Lo hacíamos en ese momento casi dos meses más tarde de lo que correspondía por un motivo funesto: el fatal accidente de tráfico que costó la vida a dos jóvenes jugadores de? balonmano, Xavi y Martín, y que causó graves lesiones a Pablo, que a la vez era hijo de un compañero del consistorio, el concejal de la CUP Eduard Navarro. Nuestro recuerdo también para ellos y sus familias.

Repasaba las notas del discurso que pronuncié ese día y la verdad es que por momentos cuesta pensar que hayan pasado menos de dos años desde entonces. Incluso en algún punto tenía la sensación de vivir en una vida paralela, en una ciudad diferente, en otro mundo. Desde noviembre de 2018 han pasado muchas cosas. En ese momento éramos poco más de medio año de unas elecciones municipales. El mandato encaraba la recta final, los que hoy estamos aquí ultimàvem nuestros programas, nuestros proyectos para la ciudad de Granollers. Lo hacíamos con unas perspectivas determinadas, sabiendo que a pesar de la era de? Incertidumbres en que vivimos el panorama se mantenía estable en un ciertos parámetros. Que n? Éramos, de? Inconscientes. Ahora es imposible hacer un retrato general de la ciudad, del País, del mundo sin poderse abstraer de la pandemia del Covidien-19, que todo lo infecta, que todo lo contamina, que todo lo envenena.

No puedo seguir con este dibujo de la ciudad que hoy todos intentamos hacer desde nuestras diferentes perspectivas sin recordar todas las personas, granollerenses y vallesanas, que nos han dejado durante esta pandemia, y todas sus familias que han sufrido una pérdida en condiciones que no les han permitido estar a su lado o despedirlos como correspondía. Más de 110 personas han muerto desde el mes de febrero en el hospital de Granollers por causa del Coronavirus. 110. Es una cifra aterradora.

Revisando estos datos, se impone una necesidad urgente, imperiosa, de protección de la vida y la salud. Esta debe ser y ha sido la prioridad en los últimos meses y lo debe seguir siendo ante la pandemia de la Covidien-19. Las medidas de restricción duras, muy duras, durante los meses de marzo y abril, especialmente, y pese a los datos y cifras que veíamos a diario de muertos e ingresados, nos permitieron salvar muchas vidas y evitar un mayor colapso del sistema de salud . Es de recibo agradecer la labor de todos los profesionales sanitarios del Hospital de Granollers que -especialmente- durante aquellos meses trabajaron -y sacrificarse se- para mantener a raya una crisis que a menudo los encontró desprovistos de elementos básicos para tratamiento y protección.

Por tanto, en estas condiciones de emergencia sanitaria conviene seguir revisando de forma permanente el estado de los servicios sanitarios en Granollers y por tanto a la comarca. Hay que evaluar cómo ha podido absorber el impacto del hospital de Granollers y atención primaria. El Vallès Oriental hace mucho tiempo que tiene un déficit de camas hospitalarias y la ciudad sufre aún de la minoración de capacidad de atención que supuso el cierre de Policlínica. El nuevo equipamiento que n? Ha de ocupar el espacio ya con retraso respecto la previsión inicial y el propio comité de empresa del Hospital de Granollers admite que tampoco servirá completamente para rebajar las listas de espera. Hay que plantearse trabajar coordinadamente con Mollet y Sant Celoni en el ámbito de las estructuras sanitarias y estudiar el impulso de un Consorcio Sanitario del Vallès.

La visión de las administraciones, en nuestro caso del Ayuntamiento, debe ser necesariamente poliédrica. Debemos poder compaginar la protección de la salud y la vida como necesidad más perentoria, como primera prioridad, con la máxima protección de la economía, que no es una entelequia, sino la garantía del bienestar de las personas, de las familias . Las empresas han sufrido mucho. De nuevo, especialmente las pequeñas y medianas. Aquí llueve sobre mojado, después de que muchas ya salieran tocadas de la crisis de la deuda de hace unos años. Los comercios han sufrido mucho. Y la restauración. Aquí el? Ensañamiento de la crisis ha sido especialmente duro. Tiendas, bares y restaurantes se han visto obligados a estar cerrados durante casi dos meses y posteriormente abrir con restricciones de aforo y una población atemorizada por un posible contagio y con una capacidad de consumo mermada por la crisis económica. Muchas persianas no han abierto. D? Otros lo han hecho pero chirriante de forma importante. Granollers cuenta ahora con una cifra que ronda los 100 locales vacíos. Hay que actuar con estos locales: transitoriamente, con propietarios y comerciantes, para que no sean ventanas vacías de la ciudad, y en profundidad para que se vuelvan a llenar de vida y actividad.

Y ha sufrido mucho el sector de la cultura, que no sólo vincula creadores e intérpretes sino también muchos otros sectores que conviven en simbiosis. La cultura ha hecho un esfuerzo muy importante para ganar en seguridad pero se ha visto castigada por el confinamiento total y posteriormente la incertidumbre y la inseguridad. Conciertos y actuaciones anulados -a menudo el último momento-, teatros y auditorios a medio gas. Y cuando hablamos de cultura, también lo hacemos de cultura popular. Esta ciudad ha visto como la Fiesta Mayor de Blancos y Azules no se celebraba. Este no sólo es un impacto emocional. También lo es en términos de dinamización cultural y cívica.

Soy concejal desde 2011. Un año después pronuncié ante este consistorio mi primer discurso de estado de la ciudad. En ese momento y durante los años posteriores éramos en los instantes más duros de la crisis económica que se inició en 2008 y preceptivamente siempre empezábamos haciendo un repaso de las terribles cifras de parados, que nos indicaban muy claramente la evolución económica y social de aquella crisis. Durante el 2013 esta ciudad superó los 6.000 parados. Más de 6.000 personas no tenían trabajo en Granollers. Más de la mitad de estos parados no cobraban ninguna prestación o subsidio. Esta situación se había ido revirtiendo hasta llegar a los 3.400 a mediados de 2019. Pero entre marzo y agosto de 2020 la cifra de parados se ha incrementado hasta las más de 4.400 personas. 1.000 personas más que hace un año, un incremento de casi un 30%. En el mismo periodo, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social caía en 244, que representa un descenso interanual del 10%. Se prevé, por tanto, que la recuperación en? V? -una caída rápida y una recuperación también prestaciones no sea tal, al menos de momento. Hay que prepararse para meses muy duros a nivel económico.

En este punto, hay que dotar a todos estos sectores afectados más directamente por las medidas de contención del virus de la máxima certeza y la máxima seguridad económica y jurídica de la que seamos capaces las administraciones -y debería ser mucho-. Sabemos ahora ya, a pesar de ser un virus nuevo, cómo se propaga y por tanto qué condiciones suponen un riesgo y cuáles no tanto. Sabemos también que a pesar de los avances en el desarrollo de una vacuna hay que asumir que la pandemia aún va para largo. Que esta nueva normalidad será durante un tiempo todavía. Y que el riesgo cero no existe, aunque se puede minimizar. En este sentido tenemos que ser, reitero, el máximo de coherentes, de flexibles, de creativos y de previsibles dentro de la incertidumbre. Creemos firmemente que esto es posible. Hemos de evitar situaciones como las que se produjeron en la última semana de agosto, cuando fruto de un incremento del riesgo de rebrote en la ciudad se dictaron medidas extraordinarias que llevaron al? Anulación del Paréntesis y la de la Lonja del Diseño a la vez que se mantenía intacto el mercado semanal de los jueves. Aquí todas las administraciones -reitero, todas- tienen que hacer un esfuerzo para mantener la calma y transmitir coherencia y seguridad.

Muchas veces hemos resaltado que nuestra opinión es que este es un gobierno de gestión, de resolver los problemas del día a día pero que ha faltado a menudo una mirada más estratégica, más valiente, más arriesgada porque esta ciudad excelente y se proyectara. Ustedes legítimamente lo han negado rotundamente, nosotros lo seguimos manteniendo. Y ahora, en esta pandemia, es el momento de actuar de forma muy poco burocrática, muy creativa, en definitiva no saldremos en este momento haciendo lo que hemos hecho toda la vida. Creemos que por ejemplo, es un momento para replantear el mercado de forma estable, al menos a medio-largo plazo. Redistribuir paradas y ubicaciones de forma permanente nos debe permitir mantener el mercado abierto en momentos de incremento de contagio ya la vez dotar de una cierta estabilidad y seguridad los paradistas, y no verterlos a cambios constantes.

Hoy n? Hemos hablado en la comisión informativa de territorio: conviene poner negro sobre blanco cuáles son los criterios que regirán el uso lucrativo de la vía pública durante todo el tiempo que dure la pandemia. Seguridad y claridad. Siempre hemos defendido el municipalismo como la primera trinchera de la línea política, la más cercana a la ciudadanía. Es el momento de un acuerdo para fijar qué estamos dispuestos a hacer ya dejar hacer para mantener la salud y al mismo tiempo que todo el mundo se pueda ganar la vida. Y de defenderlo donde sea necesario.

Y por cierto, tal vez ha llegado por fin el momento, forzado ahora por un año de descanso obligado, de replantear el modelo de la Feria del? Ascensión. Ahí el dejo, que dice aquel.

Hemos hablado de los efectos sanitarios de la Covidien-19 y de las consecuencias sobre la economía de las empresas y las personas, pero no podemos obviar el impacto que ha tenido y tendrá en los próximos ejercicios sobre los presupuestos municipales y las perspectivas de ciudad . Miren: esta candidatura, aunque en quedara lejos, ha tenido vocación de gobierno y por lo tanto debe rehuir populismos diversos y consciente de que hay que ser responsable ante la situación generada. Es evidente que el programa de ciudad que elaboramos y presentar a las elecciones de hace un año ha quedado desbordado, superado por la situación generada por la Covidien-19. Nuestro y el del resto de candidaturas, si no tenemos en la ciudad ninguna lista con un vidente que forme parte. También el del gobierno municipal, que menos de un mes antes del inicio del confinamiento presentaba un Plan de? Actuación Municipal que ya ha quedado obsoleto.

Para reorientarlo, una previa: quizás ya tocaría el? Auditoría de servicios y programas que ha ido saliendo de forma recurrente en los últimos 3 o 4 debates de presupuestos y ordenanzas. Ahora más que nunca, con una previsible e importante caída de los ingresos de la ciudad -y por tanto del gasto- es clave revisar que es lo que se está haciendo desde la administración y evaluar el sentido y la viabilidad económica. Esta auditoría, concejal de? Hacienda Terrades, ya no puede esperar más.

En este sentido, y ya se ha expresado desde un primer momento por el alcalde, la clara voluntad de rehacer el PAM de forma razonable dadas las circunstancias. Han cambiado algunas prioridades. Se n han dibujado de nuevas y algunas de las que figuran deberán bajar en la jerarquía de prioridades. En este sentido, este grupo propone un espejo al que mirarse a la hora de reprioritzar los programas: el Pacto de Ciudad. Este acuerdo tiene todos los ingredientes para ser la referencia a la hora de mirar hacia dónde tenemos que conducir el Granollers de la post-pandemia. Es un documento eminentemente ciudadano, desarrollado por el Consejo de Ciudad por encargo del consistorio. Si nos creemos la participación ciudadana y los órganos de este tipo que tiene la ciudad, qué mejor solución que orientarnos de acuerdo con lo que nos dicen?

El Pacto de Ciudad pone las personas en el centro de la acción política, que no es nada diferente de lo que todos ya deducimos que hay que hacer en un caso de emergencia sanitaria y económica. En este sentido, ya se ha puesto en marcha un primer plan de choque por valor de 1,5 millones?, El pasado mes de mayo, con el acuerdo de todos los grupos políticos de esta ciudad. La propuesta es clara: conviene volver al modelo que sacar adelante el período 2011-2016, donde se promovieron planes de choque económicos con amplios consensos políticos y sociales en el marco del Consejo Económico y Social. Serán planes de choques diferentes, porque el alcance de la crisis no comprende los mismos sectores sociales ni empresariales, ni el impacto es de la misma magnitud y profundidad, pero la receta debe ser similar: consenso político y ciudadano, inversión pública y estímulo de la actividad privada.

Porque esta crisis también nos debe permitir revisar y apuntalar los ejes económicos de la ciudad. Tenemos un pequeño comercio que es un elemento importante de la economía de la ciudad, que ha sufrido mucho y que ha de afrontar los retos que ya se le venían planteando los últimos años. El Ayuntamiento debe potenciar la dinamización, el asesoramiento en la digitalización y el apoyo económico para ayudar a los comercios a ser competitivos, en las condiciones sanitarias actuales, con el comercio on-line. Y de? Fortalecer el sector industrial de la ciudad potenciando la coordinación con los parques tecnológicos y los polígonos del Vallès Occidental.

El Pacto de Ciudad también sitúa como prioritario disponer de una ciudad sostenible. Se impone, por tanto, seguir avanzando en una ciudad más verde y que priorice la movilidad sostenible. Este debe ser un mandato donde la transformación urbana pase por el incremento de la isla de peatones para potenciar los desplazamientos a pie y por el despliegue de los itineriaris ciclables y los carriles bici a los principales ejes de la ciudad. Ya somos Ciudad 30, una medida que Junts per Granollers llevaba en el programa electoral. Ahora hay que acompañar esta restricción con pedagogía y control. Estos son los signos de los tiempos. La pandemia sólo ha hecho que remarcar para que los aceleramos. Tal vez, en cambio, habrá que aparcar momentáneamente algunos proyectos de transformación urbana de puesta al día o replantear la necesidad de otros como el traslado del campo de fútbol. Los animo a abordar estas temas conjuntamente con la visión de otros grupos.

En este mismo orden de cosas, Granollers sigue teniendo unos indicadores de recogida selectiva muy mejorables y un problema con la limpieza. Y un contrato que culmina el año próximo. Es el momento de? Apostar por un cambio de modelo que pase por el pago por generación. Ya hay un estudio presupuestado, avanzamos en este sentido.

Tuvimos el debate, en el seno de la junta de portavoces, si éste lleno de estado de la ciudad debía ser un pleno monográfico sobre los efectos de la Covidien-19 y como hacerle frente desde la ciudad. No era necesario. Es evidente que la pandemia ha marcado el año 2020 y marcará el 2021 y cómo encaramos y nos adaptamos. Ha cambiado casi todas las perspectivas que teníamos hace 2 años. Pero hay planes donde la pandemia no ha llegado: 2 años después del último debate de el estado de la ciudad, siguen habiendo presos políticos en este País. Que sufren no justicia, sino venganza. Que ven como los criterios penitenciarios se alteran perjudicando su estado y obligándolos a pasar 21 y 23 horas al día en una celda. Por impulso de la fiscalía, que ya sabemos de quien depende. Seguimos teniendo un Estado español que ha optado por la judicialización como método de resolución de conflictos políticos que se han de resolver votante. Que pretende inhabilitar un Presidente de la Generalitat para poner una pancarta reivindicando libertad de expresión.  

A usted, alcalde, lo hemos oído decir que la solución al conflicto entre Cataluña y Estado pasa por votar democráticamente cuál es el futuro de este País.

Àlex Sastre y Prieto. Portavoz de Junts per Granollers.

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